sábado, 27 de octubre de 2012

Capítulo 6: Is it just a coincidence?

Eran las doce y media de la mañana. Mientras caminábamos Sam intentaba cogerle las gafas RayBan a Gwen, y yo solo intentaba no acabar en el suelo con los empujones que se estaba dando mientras se reían.
No tenía ganas de sociabilizar con mis amigas en ese momento, así que me adelanté a ellas, dejándolas atrás mientras seguían peleándose.
- ¡Las voy a usar! -oí decir a Gwen entre risas.
- ¡Yo las necesito más!
Cuando querían, se comportaban como unas niñas de tres años, eran bastante risueñas. Me sumergí en mis pensamientos, quería desconectar del mundo un rato, y me puse a observar lo que estaba a mi alrededor. Me dediqué principalmente a ver a los surfistas calentar en la arena. Subían un brazo, y otro, se movían sensualmente, a cámara lenta... Parecía un baile erótico para atraer a las chicas, y no descarto a los posibles miradas furtivas de algunos chicos. Y he de admitir que funcionaba bastante bien. Me reí para mis adentros por mi ocurrencia.
Llegamos hasta el final del muelle, desde donde podías tirarte al agua en bomba, de pie o con un vestido de globos mientras llevabas una peluca de payaso que tenía unas orejas de PlayBoy si te daba por ahí. Menudas cosas se me ocurren. 
- ¡Qué calor hace! Yo ya me voy a tirar -dijo Sam mientras me sorprendía por detrás abalanzándose sobre mí. Me di la vuelta y resultó tener las gafas de sol puestas.
- Nos tiramos juntas -dije sonriendo- ¿Le ganaste la batalla a Gwen o qué? -añadí con tono de sorpresa.
- Más o menos, después tendré que pagarle un helado...
- ¡Y de dos bolas con chispitas! -añadió Gwen mientras se acercaba a nosotras.
Chispitas era la forma en la que Gwen llamaba a los Lacasitos que se le ponen a veces a los helados.
Miré a Gwen fugazmente con la mirada, tenía un pañuelo rojo de esos estilo Hipstar, que tanto está de moda ahora, y su pelo castaño claro, con las puntas de color rubio natural, estaba recogido en un moño mal hecho, que probablemente se lo haya hecho con prisas al salir de casa.

********************
Llegamos allí y nos acercamos a ver por dónde nos podíamos tirar, estaba lleno de gente, pero no la suficiente como para sentirnos incómodas. Colocamos las toallas y los bolsos en un sitio donde no hubiera demasiada gente y nos aproximamos al muelle.
- ¿Creéis que estará muy fría? -dijo Gwen pensativa.
- No lo sé, ¿quién se tira primero? -dijo Sam, Gwen y yo nos miramos entre nosotras con una sonrisa malvada, y acto seguido tiramos a Sam al agua, vimos como su cuerpo caía y nos empezamos a reír, entonces también aproveché que Gwen se estaba riendo y la empujé. Finalmente yo también me tiré en bomba. Estuve sumergida unos segundos y entonces empecé a ascender, cuando lo hice, Sam me empezó a salpicar.
- ¡Estás loca! ¡Casi me matas del susto! -dijo entre risas, a mí se me contagió su risa y comenzamos a reír las dos.
- Qué exagerada eres, además ni siquiera está tan fría.
- Noo qué va, solo casi me da una hipotermia cuando me sumergí -dijo Gwen irónicamente, uniéndose a la conversación.
Seguimos hablando y riendo en el agua, yo intentaba hacer una voltereta debajo del agua, pero no llegaba ni a la croqueta, Gwen no paraba de reírse y Sam empezó a hacerlo sin ningún esfuerzo y perfecta. Fingí que me enfadaba por regodearse y la sumergí. Ella se defendía, y entonces cuando volvió a la superficie me ahogó a mí.

Escuchamos risas y música de fondo, y empezamos a buscar con la mirada el origen de esos ruidos y miramos hacia el mar, había un yate de estos en los que la música está a todo volumen y está lleno de gente, una fiesta a la que todo el mundo se puede unir solo nadando hasta el yate y subiéndose. Habían alrededor de 20 personas dentro.
“Seeeñoritas, ¿queréis subiros?” dijo un chico que tenía un megáfono. Nosotras nos miramos.
- Venga, yo digo que sí -dijo Sam en seguida.
- Y yo también.
- Entonces vayamos -añadió Gwen zanjando el tema.

Le pedimos al socorrista, que estaba de "toma pan y moja" que nos pusiera las cosas en la caseta, éste aceptó amablemente y nos las puso en una esquina. Probablemente por la mirada que le echó Gwen en cuanto lo miró.
Echamos a nadar hacia el yate, no estaba lejos así que no tardamos demasiado, nos ayudaron a subir unos chicos.

**[Narra Sam]**

Estábamos casi llegando al yate, y busqué con la mirada unas escaleras por las que subir, comencé a subir los primeros escalones, y entonces vi que una mano se tendía frente a mí, yo la tomé, aunque no había visto a quién pertenecía. Supuse que era de un chico.
Esa mano me levantó de un respingo, y quedé frente a frente con el chico, solo podía ver sus ojos, estaban a la altura de los míos. Unos preciosos ojos azules que me recordaban a las playas paradisíacas del Caribe. Estábamos tan cerca que podíamos sentirnos uno al otro. Al cabo de unos segundos parados, nos separamos, y entonces le vi.

- ¿Niall? -dije sorprendida.
- ¿Sam? -dijo él más confuso todavía.
- ¡Sí! ¿Qué casualidad ¿no?
- Ya ves, ¿te apetece tomar algo?
Asentí y fui dentro con él al minibar que habían montado dentro del yate. Abrimos una nevera de estas que parecen un congelador y Niall me sacó una cerveza.
- ¿Cerveza? ¿Enserio? -dije con cara de asco.
- Pruébala, ya verás que te gusta.
Me tendió su cerveza y probé un poco. Estaba asquerosa. Debí de poner una cara ridícula, de esas que se ponen cuando chupas un limón, porque se empezó a reír.
- Bueno, no es para todos -dijo sin parar de reírse cogiéndomela de las manos.
- Cuéntame, ¿qué te trae por aquí?
- Nada, que unos amigos y yo estábamos en la playa y el chico del yate nos llamó. Y bueno, teníamos ganas de fiesta. ¿Tú?
- Lo mismo.

Entonces empezó a sonar una canción de esas que son para bailar, no dudé.
- Baila conmigo -dije cogiéndolo del brazo y llevándolo afuera. 
Caminamos entre la gente, que estaban bailando y llegamos hasta un extremo donde más o menos teníamos sitio.
Empezamos a bailar a lo loco, y él empezó a hacer unos pasos algo extraños, me hacían bastante gracia, así que no paré de reírme ningún momento. La canción pasó y vino una estilo tango. Me cogió de la mano, y me acercó a él, coloqué mi mano en su espalda, y él la suya en mi cadera, y comenzamos a bailar un supuesto tango que terminó convirtiéndose en un paripé, ya que ninguno de los dos teníamos ni idea de cómo se bailaba aquello. No bailamos bien, pero qué importaba, nos estábamos divirtiendo.

**Mientras tanto** [Narra Gwen]

Cuando subí al yate vi como Sam se alejaba con un chico, no pude evitar sonreír. Quién sabe, a lo mejor era el chico del que nos había hablado, aunque era poco probable. Para no quedarme parada ahí en medio, fui dentro y abrí la nevera, divisé una cerveza. Pero justo cuando iba a cogerla un mano se me adelantó.
- ¡Eh! -dije mirando al que me había arrebatado mi bebida.
El chico se giró a verme, tenía el pelo castaño y los ojos azules. Era bastante atractivo.
- Dime preciosa -dijo haciendo un gesto de burla.
- Eso es mío -dije señalando a la botella que tenía en la mano.
- No lo creo.
- No seas arrogante, dámela, es la última.
- Vas a tener que quitármela.
Suspiré, y miré hacia cualquier lado para parecer que me despisté. Entonces me abalancé sobre él e intenté coger la botella, pero la subió. Me estiré pero no llegaba hasta tan alto, sin darme cuenta había apoyado mi mano en su pecho.
- Tranquila preciosa, ya habrá tiempo de eso... -dijo sonriéndome seductoramente.
- Eres idiota -me limité a decir mientras revoleaba los ojos y retiraba mi mano de su pecho.
- Espera, deja que te quite esas gafas, seguro que estás más guapa sin ellas.

Sin darme tiempo a reaccionar, apartó el pelo de mi cara y subió las RayBan hasta que se me quedaron trabadas en mi pelo. Mis ojos verdes quedaron al descubierto, mientras él los miraba con sus irresistibles ojos azules. Su mano estaba recorriendo mi mejilla, reaccioné.

- ¿Qué haces?
- Solo te observaba preciosa.
- No me llames preciosa.
- Entonces dime tu nombre...
Solté un bufido y revoleé los ojos.
- Gwen.
- Pues Gwen, eres hermosa -noté como mis mejillas se encendían levemente.
- Gracias, ¿y tú eres? -dije intentando que no se me notara demasiado.
- Louis, pero llámame Lou.
- Eso solo si nos volvemos a ver -dije desafiante.
- Seguro que sí. Y si no haré que nos encontremos -dijo sonriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario