domingo, 28 de octubre de 2012

Capítulo 13: Princess shouldn't cry


–¡Zayn! ¡Despierta! –dije arrojando una almohada a su cara.
Después de descubrir a mi compañero de cama desnudo a mi lado me percaté de que yo también me encontraba desnuda, y había cogido algo de ropa de mi armario para ponerme encima.
–Hmm... ¿Qué hora es? –dijo abriendo un ojo para mirarme, su mirada se mostró confusa.
Se incorporó sobre la cama y me miró con el gesto fruncido.
–Oh por dios, ¡tápate! –dije mientras me giraba para no verle desnudo.
Él se levantó y buscó con la vista sus pantalones por la habitación.
–¿Y mis pantalones?
–¡Yo que sé! A lo mejor están detrás de aquella silla...
Miró detrás de la silla y efectivamente, sacó de allí unos vaqueros oscuros y una camiseta azul claro.
–No preguntes por tus calzoncillos, creo que viniste con el bañador puesto, ¿no? –dije intentando aparentar normalidad.
–Ehm... sí... esto... –dijo medio dormido todavía, y cogió una toalla blanca y se la puso en torno a su cintura.
–Oye –dije atrayendo su atención, cuando la obtuve continué– ¿Qué pasó anoche?
Sonrió ante mi pregunta y se me acercó, acarició mi mejilla con su mano y respondió.
–¿No es evidente, pequeña? –dijo y me dio un corto beso en los labios, cuando se separó sonrió de nuevo y salió de la habitación. Y me dejó allí, desconcertada. Hasta que reaccioné y seguí sus pasos hasta las escaleras.
–¿Y ahora a dónde vas?
–Tendré que encontrar mi bañador, ¿no crees? –dijo y me dedicó una última sonrisa para desaparecer escaleras abajo.

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[Narra Gwen]

Desperté tumbada en mi cama, y enseguida bajé las escaleras para ver cómo había quedado el salón y la terraza después de la fiesta de anoche. Me sorprendí más de lo que esperaba al ver lo que vi.
Niall estaba dormido en el sofá, y la televisión seguía encendida, en este momento estaban retransmitiendo Bob Esponja. Me acerqué un poco más y pude observar que Sam se había quedado dormida sobre él, y su cabeza estaba apoyada en el pecho de Niall. Sonreí instintivamente al ver aquella escena, y continué con mi ruta.
En la terraza Harry estaba durmiendo como un tronco tumbado en una de las hamacas, y no tenía su camisa puesta, con lo que pude ver con claridad sus abdominales, la verdad es que el chico no está nada mal después de todo, que una no es ciega.
El suelo estaba lleno de vasos de plástico de color rojo y blanco, y todo estaba desordenado; la terraza estaba encharcada en agua, y puede que algún que otro charco de Ron con Coca-Cola. Me acerqué a la cocina y vi a Liam cocinando unas tostadas, y llenando vasos de agua para poner aspirinas dentro, supongo que para el que tenga resaca. Me pareció un gesto dulce y me acerqué por detrás.
–Buenos días –dije mientras le daba un beso en la mejilla– ¿Y esto?
–Pues preparando el desayuno para los dormilones de la casa, como tú –dijo y me guiñó un ojo.
–¡Oye! Yo no soy una dormilona –dije riendo.
–Es verdad, también eres una vaga –dijo sonriendo.
–Mentira... –dije y se giró y me miró con el gesto fruncido– Bueno vale, puede que un poco...
–¡Hola! –dijo Louis apareciendo por la puerta.
–Hola –respondió Liam sonriéndole con su particular amabilidad– ¿Tostadas?
–Sí, gracias. –observé que tenía unos cafés en las manos.
–¿Y eso? –dije refiriéndome a los cafés.
–Antes he ido al Starbucks a comprar cafés para todos –dijo mientras miraba dubitativo sus cafés– Hmm... Toma, éste es el tuyo –dijo con una sonrisa, y me entregó el café.
–¿Cappuccino?
–Sí –respondió mientras colocaba el resto de cafés en la encimera– Con un poco de canela.
–¿Cómo sabías que me gustaba con canela? –dije frunciendo el ceño, curiosa.
–Lo supuse. Eres muy transparente, ¿lo sabías? –dijo indiferente mientras sacaba unos bollos de uno de los armarios de la cocina.
–¿Transparente yo? Qué dices... 
Paró un momento de sacar los bollos de chocolate y de crema y me miró a los ojos.
–Déjame pensar... De pequeña sufriste una gran pérdida, ¿cierto? –dijo, e hizo una pausa– Te gusta vivir la vida, y te importa una mierda lo que los demás piensen de ti, y eso me gusta. Eres ambiciosa, pero no avariciosa. Tu meta principal en la vida es ser feliz –paró un momento, y tras observar mi probable cara de incredulidad, continuó con sonrisa triunfante– Amas el amor, y te gustaría enamorarte, pero no has encontrado todavía ningún chico que merezca la pena, y quizás tienes miedo de no encontrarlo. –Yo me había quedado callada sin saber que responder, pero él continuó– ¿Me he equivocado en algo preciosa? 
–No has dado ni una, y no me llames preciosa.
–Pero si te encanta... –dijo sonriendo.
–Eso lo decidiré yo, ¿no crees?
Revoleé los ojos y salí de la cocina. Creído egocéntrico.

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[Narra April]

Cuando bajé me encontré a todos en la mesa, a unos mejores que otros. Niall y Sam tenían caras de muertos vivientes, y no paraban de bostezar. Ronnie seguramente tendría unas ojeras del tamaño elefante, porque llevaba puestas sus gafas de sol, al llegar me sonrió y me invitó a sentarme a su lado. Cuando me hube sentado, vi a Harry, que estaba sentado enfrente mío. Estaba bebiendo un vaso con agua blanquecina, probablemente se haya puesto una aspirina en el vaso. Yo tenía la cabeza como si me hubiera montado en una montaña rusa tres veces seguidas, y me dolía muchísimo. Entonces vi que había un vaso con una aspirina al lado enfrente de mí; lo tomé y eché la pastilla dentro.
Mientras esperaba a que la aspirina se desintegrara, vi como Liam y Louis traían unos cafés y bandejas con bollos. Estaban radiantes, a diferencia de todos nosotros, al final no era tan mala idea eso de abstenerse a beber... Gwen estaba en la otra punta de la mesa, también radiante y sonriendo, hablando con Zayn. Zayn... él estaba como una rosa, como si ayer no hubiese pasado nada, y me refiero tanto en el sentido de que estaba borracho como en el sentido de que nos acostamos hará apenas unas seis horas. Y ahí estaba él como si nada, y yo poco menos que comiéndome las uñas pensando en ello. Más tarde intenté hablar con él, pero él simplemente me ignoró, y me sentó muy mal.

Los chicos se fueron después del desayuno, no sin antes recoger la terraza, obligados por Gwen, ya que era la única de nosotras en condiciones de echar broncas. Cuando por fin se fueron, nos reunimos todas en la habitación de Sam, sentándonos formando un círculo en la cama de matrimonio que había en la habitación.

–Bueno... Creo que tenemos que contarnos ciertas cosas, apenas hemos hablado desde que estamos aquí –dijo Sam para romper el hielo.
–Sí, empezando por ti... ¿Qué tal con Niall? –dijo Ronnie sonriendo y dándole un codazo en las costillas.
–¿Niall? Con Niall no pasa nada... La que sí tiene que contar eres tú, ¿qué pasa con Harry?
–Ni lo entiendo ni lo sé –dijo Ro revoleando los ojos– Pero no te desvíes del tema; ¿te gusta verdad?
–Sí... –dijo sonrojándose un poco.
–¡Ja! ¡Lo sabía! Se te notaba desde lejos –dijo Gwen riendo.
Siguieron hablando entre ellas, mientras yo seguía en mi mundo; finalmente me decidí a soltar aquello que me llevaba rondando la cabeza desde que me desperté... a su lado.
–Me he acostado con Zayn –dije claramente, ellas giraron sus cabezas como si fueran la niña del exorcista hasta mí (eso hizo que me estremeciera) mostrando una mueca de confusión.
"¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Usaste condón? ¿Cómo surgió? ¿Qué te dijo después? ¿Estabas borracha? ¿Te gustó?" fueron las preguntas con las que me bombardearon durante los siguientes diez minutos.
–¿La tiene grande? –me preguntó Gwen como si estuviera preguntando el tamaño de unas manzanas en el supermercado.
–Qué salida estás, por favor –dijo Ronnie negando con la cabeza y estallando a carcajadas.
–No me acuerdo de nada... –reconocí ante mis amigas.
–¿¡Cómo es eso!? –gritó Sam agitada mirándome con los ojos muy abiertos.
–Pues eso, cuando me desperté estaba acostado a mi lado... desnudo –dije con un nudo en la garganta– Y lo más extraño es que después se ha comportado como si fuera lo más normal del mundo, y me ha dado un beso en los labios para después dejarme sola en la habitación.
–¿Y cómo te sientes? –me preguntó Ronnie.
–Extrañada, y muy confusa... Para él no fue especial, solo fue un polvo más... Y yo no estoy para volver a ser la marioneta de un chico –dije conteniendo una lágrima en el lagrimal de mi ojo derecho.
–No eres ninguna marioneta cariño... –dijo Gwen intentando consolarme, y la lágrima contenida empezó a caer fría por mi mejilla, y otra más, y otra.
–Pues me siento así, ¿sabes? Y yo no quiero volver a sufrir como lo hice con aquel idiota.
–Exacto, era un idiota... Tienes que olvidarlo cariño, eso fue hace más de un mes –dijo Sam con la mirada triste.
–Por eso mismo no quería nada con Zayn, porque es como él. Ahora lo entiendo –dije sollozando mientras los brazos de Gwen me rodeaban.
–El amor es un asco... –dijo Ronnie haciendo una mueca de fastidio.
–Eh, nadie a hablado aquí de estar enamorada, solo de un tío que no sabe tratar a una chica después de acostarse con ella –respondió Sam imponiéndose.
–Es verdad, así que levántate y sonríe princesa, que se te cae la corona –dijo Gwen dándome un beso en la frente.
–Eso es una frase de internet, Gwen –dije riendo.
–Bah, no deja de ser bonita porque sea de internet –dijo sonriendo, y me volvió a estrechar entre sus brazos.

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