domingo, 28 de octubre de 2012

Capítulo 17: You're mine. Don't forget it.

Había pasado una semana después de que Zayn y yo hubiéramos aclarado las cosas. Para entonces, los dos actuábamos con completa normalidad, o al menos eso intentamos hacer, teniendo una relación como amigos. Solo amigos. No era algo que me hiciera daño, tampoco me agradaba, pero dado el hecho de que no estoy preparada para mantener una relación con él, es lo mejor por ahora.
–Ey –me dijo Ronnie lanzándome una almohada a la cara.
–Qué.
–Hoy nos vamos de fiesta, y tú pensando en las musarañas –dijo mientras iba al armario por enésima vez hoy, y tomaba tres vestidos de diferente tono y estilo –¿Cuál me pongo?
–Si sabes que todos te sientan bien... da igual –resoplé.
–Bueno, entonces el negro.
Yo asentí y me tumbé en la cama, volviendo a mis pensamientos... Todo estaba en calma, o al menos eso parecía, después de un mes de haber estado dando altibajos en una montaña rusa que parecía que nunca acababa. Con sus subidas, sus bajados, y sus bucles de 360º. Y ahora puedo decir que la atracción se ha parado, por ahora.
Me cansé de pensar, por decirlo de alguna manera, y tomé el libro que estaba encima de la mesilla de noche "The Fault in Our Stars", y me sumergí entre sus páginas, palabras y metáforas...

"–Estoy en una montaña rusa que no hace más que subir –me dijo.
–Y para mí es un privilegio y una responsabilidad subir ese camino contigo –le contesté.
–¿Sería totalmente absurdo intentarlo?
–No vamos a intentarlo –le dije–. Vamos a conseguirlo."

******************************************
Llegó la noche, y con ella la fiesta. Ronnie se puso su vestido negro, cuyo escote era palabra de honor, y dejaba caer sus bucles azules y castaños oscuros sobre los hombros. Yo me puse un vestido sencillo de color violeta ceñido a mi figura. Sam había optado por una falda de volantes y una camisa de encaje, y Gwen llevaba unos pantalones cortos con una camisa bonita que nos habíamos comprado en el centro comercial. 
Los chicos llegaron a eso de las diez al portal, todos iban bien vestidos, pero casuales.
Niall se acercó a Sam y le dio un corto beso como saludo, yo les miré enternecida.
Comenzamos a andar hacia el lugar, que no estaba muy lejos de casa.

–Me voy emborrachar hasta que pierda el sentido –dijo Niall riéndose, abrazado a Samantha mientras caminaba.
–Ya me ocuparé de que eso no pase –le dijo Sam.
–Oh vamos, déjame divertirme un rato –dijo él simulando estar molesto.
Ella suspiró y negó con la cabeza, entonces Niall la tomó de la barbilla y la acercó a su boca, y la besó.
Todos los miramos enternecidos.
–Joder, si parecen los protagonistas de una comedia romántica, de esas con las que miles de adolescentes suspiran profundamente maldiciendo por qué no tienen un chico así... –dijo Gwen suspirando hondamente.
–Cariño, si esto fuera una comedia romántica, habría un número musical sin venir a cuento, en el que casualmente tú empiezas a bailar, y toda la gente que está en la calle se saben los pasos y empiezan a bailar contigo –dijo Liam. No pude evitar profundizar en la oración... ¿"Cariño"?
–Son todas iguales, chico conoce a chica, uno de los dos la fastidia, el otro lo perdona, chico y chica felices para siempre –dijo Ronnie con tono indiferente.
–Cierto. Pero en realidad molaría que pasara de verdad –dijo Harry. Y se puso a tararear la canción de Grease de la parte final, cuando todos empiezan a bailar en la feria, e hizo un paso de baile al estilo John Travolta. Todos reímos.

Llegamos por fin al local. Las luces asomaban por los grandes ventanales. El gran rótulo de neón daba a entender que esa era la entrada, y nos acercamos entre una muchedumbre llena de gente joven, todos universitarios. Conseguimos entrar dentro del local sin tener que esperar demasiado, y lo primero que todos hicimos fue acercarnos a la barra del bar. Yo decidí tomar tequila, al igual que Sam y Gwenny. 

–Estimada Gwendolyn Stewart, ¿me concedería usted este baile? –dijo Liam mientras le tendía la mano a Gwen y ella la tomaba divertida, haciendo una reverencia.
–Sería un placer James–dijo riendo. Entonces arrastró a Liam hasta el centro de la pista y empezaron a bailar haciendo el idiota, y Gwen giró la cabeza hacia nosotras y nos sacó la lengua, nosotras reímos. 
Harry, Niall y Louis estaban en la otra punta de la barra con unas chicas, pero a Sam no le pareció molestarle. Zayn en cambio estaba con una chica de pie a un lado de la barra, los dos con una copa en la mano. Simplemente retiré la vista y pedí otra copa.

****************************************************************
[Narra Samantha]

Vi a Niall hablando con una chica morena en un sitio apartado del resto de la gente, mientras que los demás estaban, o enrollándose con una (en el caso de Louis), o bailando. Yo los observaba desde la distancia, con Ro a mi lado.
–Porque esté hablando con una chica no significa nada, Sam –me dijo después de un rato observándolos. 
Ellos estaban riendo y bebiendo, y me pregunté por qué copa iba ya Niall, y tampoco me importó porque diría que sabía lo que hacía, lo que me mosqueó todavía más. 
–Ya lo sé –le contesté secamente después de un rato a Ro. 
Ella se le acercaba a la oreja y le susurraba algo, y Niall se rió. 
–Hasta aquí hemos llegado –dije enfadada.
Pedí otra copa de vodka y me la bebí de un trago, notando el ardor de mi esófago. Ronnie me miraba con los ojos de par en par, le sonreí y le entregué el vaso vacío, y me dirigí a paso rápido hacia la parejita. Sé que ahora muchas pensarán que lo que haría a continuación era darle una bofetada, pero hice justo lo contrario.
Niall no me vio llegar, así que le toqué el hombro y él se giró, y sin darle tiempo a reaccionar, agarré su nuca y acerqué sus labios a los míos en un gesto rápido, luego le empujé hasta que su espalda tocó la pared mientras yo seguía besándole. Él cerró los ojos casi al instante y siguió el beso, nuestras lenguas empezaron a jugar entre ellas, mientras él me atraía más a él y el beso se hacía cada vez más intenso. Entreabrí mi ojo derecho y vi a aquella lagarta mirándonos con la boca abierta de par en par, sin poder creérselo. Entonces me miró enfadada, y ella y sus tetas operadas se fueron de allí. Sonreí y volví a cerrar los ojos para continuar el beso que por derecho era mío, no de ella. Cuando nos separamos Niall me miró confundido.
–¿Y esto por qué? –me preguntó gratamente soreprendido.
No le respondí y volví a besarle, esta vez más tranquila.
–Eres mío, Niall James Horan. No te olvides. –Le di beso fugaz y me alejé, volviendo con Ro.
–Y tú mía, Samantha Goodwin –dijo elevando el tono de voz para que le escuchara, yo estaba de espaldas a él, por lo tanto no me vio sonreír, pero lo hice. Mi cara esbozó una sonrisa de oreja a oreja, triunfante.

********************************************************************
Dejé de bailar con aquel chico cuyo nombre no recordaba y volví a la barra un rato, para encontrarme allí con Harry, Sam y Ronnie. Pedí otra copa, a pesar de que ya hacía rato que no respondía por mí misma. Sí, probablemente estaba ebria, por decirlo con un eufemismo.
Me dieron la copa.
–¿Qué es eso de que Sam ha besado a un águila delante una tortuga? –dije haciendo esfuerzos por no caerme. Todos rieron, y yo no entendía por qué.
–Sam se ha besado con NIALL –dijo Ronnie haciendo énfasis en la última palabra– delante de una PUTA –dijo repitiendo el mismo tono de antes, sin parar de reír.
–Ahhhhh –dije entendiéndolo.
Entonces alcé la vista y miré a Louis, que estaba liándose con una chica que llevaba una falda tan corta que se le veía todo. Y no sé ni por qué, me empecé a reír al ver la escena.
–¿De qué te ríes? –me preguntó Harry.
Me reí más fuerte. Y me acerqué a la pareja dando tumbos, hasta que me detuve frente a ellos mientras se estaban besando, y ladeé la cabeza como queriendo observar mejor, como un búho. Louis se percató de que estaba allí y se apartó de la chica con algo de brusquedad, y me miró sorprendido.
–¿Gwen? –preguntó sin entender nada. Y lo comprendo, porque ni yo misma lo entendía.
Me acerqué a él y, con el dedo índice acusador, le toqué el pecho empujándole un poco hacia atrás.
–E-eres uuuun capullo –dije alargando la "u" y sin dejar de señalarle. Él miró sin comprender, y yo continué con mi numerito–. Eress un capullo –repetí– Ah, y por cierto, –dije dirigiéndome esta vez a la chica– bájate un poco la falda, que se te ve TO-DO, furcia. –dije prácticamente gritando "todo". Y empecé a reír como una tonta.
–Vamos fuera, estás borracha –dijo tomándome por la cintura y llevándome– Perdona –dijo dirigiéndose a la que después supuse que era la chica de las bragas al aire. Yo me giré para ver a la chica, que seguía sin creérselo.
–¡JÁ! ¡Por zorra! –le dije, y volví a mirar la frente riendo, mientras Louis me seguía guiando entre la multitud. Yo no paraba de reírme, tanto de lo torpe que caminaba, como del vestido horrendo que llevaba una rubia de bote.
Llegamos hasta los demás, que no dejaban de mirarme.
–Me la llevo fuera –dijo Louis.
–¿Quieres que te acompañemos? –preguntó April preocupada.
–Eeeeres un capullo –le dije a Louis en el oído, lo suficientemente alto para que todos se enteraran, después me volví a reír como una posesa mientras él seguía tomándome de la cintura para que no me cayera.
–No, gracias, pero no hace falta –dijo, y dicho esto me llevó fuera.

Una vez fuera, donde no había casi nadie, Louis paró de caminar, y yo con él.
–Así que te van esas... –le dije burlona– Por dios, esa tía iba medio desnuda –dije volviendo a reír.
Él se acercó a mí, se quitó la chaqueta y me la puso sobre los hombros.
–Venga, ya es hora de irse a casa –dijo intentando volver a cogerme, pero yo me escabullí en un movimiento tan rápido que hasta yo misma me sorprendí.
–No, quiero quedarme –dije cruzándome de brazos como una niña pequeña.
–Créeme, no te conviene quedarte –dijo volviéndose a acercar.
–Y tú que sabrás lo que me conviene. No eres mi madre.
–Gwen... –dijo intentando tranquilizarme, y me tendió la mano, como lo había hecho Liam horas antes,pero en circunstancias diferentes. Dudé un instante, y finalmente la tomé, y comenzamos a caminar hacia casa.
–Y aunque lo fueras... –dije dejando la frase a mitad.
–¿El qué? –preguntó perdiendo el hilo de la conversación.
–Mi madre –dije–. Que si fueras mi madre no estarías aquí conmigo, sino tirándote a un francés que conociste en una estúpida fiesta de empresa, en la propia cama que habías comprado con mi padre. Mientras él trabaja. Zorra. –Dije con amargura sin darme cuenta de que al que le estaba contando todo eso era a Louis, y no estaba murmurándolo sola en mi habitación. Cuando me percaté, me callé.
Seguimos caminando, bueno, él caminaba y yo iba dando tumbos, pero me sostuvo para que no me cayera hasta que llegamos al portal de mi casa. Cogí las llaves del bolso y empecé a intentar meter la llave en la cerradura, pero era algo aparentemente muy complicado para una borracha, así que Louis la abrió por mí. Entramos, pero como Louis no me sostenía casi me caigo al suelo, y gracias a que él me cogió en el último segundo no acabé estampada en el suelo. Me sostuvo en aquellos brazos fuertes, y subió las escaleras hasta llegar a mi cuarto. 

Me tumbó sobre la cama, me quitó los zapatos y me tapó con la manta. Cuando se iba a ir le llamé.
–Louis... –dije casi en un susurro.
–Llámame Lou.
–Louis. –Él sonrió.
–Dime.
–No te vayas... 
–Pero... –intentó decir, pero yo le corté.
–Por favor, quédate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario